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Sistema nervioso autónomo

  • oriolventosa99
  • 17 sept 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 22 ene

Se llama así porque se encarga de dar las órdenes que no son conscientes. Hablamos por ejemplo de la fuerza de los latidos, la regulación de la temperatura por el sudor o el ensanchamiento de la pupila en situaciones de poca luz (se abre para intentar captar el máximo de la poca luz que haya). Dicho esto, el sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas bien diferenciadas y que discurren por vías nerviosas distintas (cables al fin y al cabo, en lugar de cobre están formados por neuronas).


¿Por qué hay dos divisiones y qué función hacen?


Sistema nervioso simpático


Nada tiene que ver con la simpatía. Se encarga de transportar las órdenes que da el cerebro (principalmente una parte llamada hipotálamo) delante de una situación de estrés. Por estrés se entiende cualquier reacción de lucha o huida. Lo primero que nos imaginamos es una pelea o huir de un peligro corriendo, y efectivamente en estas situaciones el sistema nervioso simpático está muy activado. Pero hoy en día ya no somos presas de depredadores ni debemos combatir diariamente para sobrevivir. Aun así, nos enfrentamos a muchos otros retos que nuestro cerebro interpreta como lucha o huida. Por ejemplo una entrevista de trabajo, una discusión con un familiar, un partido de futbol, etc. Todos conocemos la sensación de nerviosismo: sudor, el corazón latiendo fuerte… Todo ello se debe a la activación de este sistema. 


Concretamente, son situaciones en las que necesitamos:


1.     Energía. En forma de glucosa (azúcar). La sangre se distribuye con preferencia al hígado para que la fabrique.

2.     Actividad muscular. Se redistribuye el flujo sanguíneo para llevar glucosa i oxígeno a los músculos, listos para pelear o correr.

3.     Rapidez mental. Se aumenta la sangre que va al cerebro, llevándole más oxígeno y glucosa para que acelerar la toma de decisiones.


Como vemos una parte importante del sistema nervioso simpático es regular la distribución del flujo sanguíneo a los órganos más importantes. Por eso cuando nos asustamos nos quedamos pálidos: la piel no es un órgano vital en una situación de peligro, así que el cuerpo le quita el riego sanguíneo momentáneamente para mandarlo donde es más urgente. Por otro lado, necesitaremos que esta sangre viaje rápido. Esto lo conseguimos aumentado la frecuencia cardíaca, tarea que también desempeña el sistema nervioso simpático.


Sistema Nervioso Parasimpático


Predomina cuando estamos relajados, por ejemplo haciendo la digestión. Redistribuye la sangre a los órganos digestivos (estómago, intestinos…), relaja el corazón y la respiración. Por eso después de comer nos entra sueño. Podríamos pensar que es el opuesto al simpático (es más complejo, pero no estaríamos muy lejos de la realidad).


Ahora que ya sabemos cómo funciona el sistema nervioso autónomo, vamos a acabar con un detalle. Podríamos pensar que cuando se activa el simpático se desactiva el parasimpático, pero no es así. No es un interruptor en on o off, sino que es más bien  como una persiana y su cuerda. Cuanto más sube una, más baja la otra, pero siempre están presentes en mayor o menor medida.

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